En Chile, los corredores de propiedades suelen cobrar una comisión por arrendar una propiedad habitacional, la cual generalmente corresponde al 50% del valor del arriendo mensual tanto al propietario como al arrendatario.
Por ejemplo, si se arrienda una propiedad con un canon mensual de CLP 1.000.000, el corredor cobrará una comisión única de CLP 500.000 tanto al dueño como al arrendatario. En total, el corredor ganará el equivalente a un mes de arriendo por esta transacción.
Este cobro se efectúa una sola vez y se formaliza en la notaría al momento de firmar el contrato de arriendo. Una vez que la propiedad es entregada al arrendatario y se han realizado los pagos del arriendo y el mes de garantía al dueño, la transacción se considera concluida y el corredor no tiene derecho a realizar cobros adicionales durante el tiempo que dure la relación entre el propietario y el arrendatario.
Además, los corredores pueden ofrecer un servicio adicional de administración de la propiedad arrendada. Este servicio generalmente incluye la gestión de cobros del arriendo, el mantenimiento de la propiedad en buen estado, y la atención a las necesidades del propietario y del arrendatario.
Desde el punto de vista comercial, enfocarse en los arriendos puede representar un nicho de negocio atractivo debido a que este mercado es de gran dinamismo y generalmente más sencillo que el de compraventa.
El proceso completo de un arriendo puede durar solo unas pocas semanas desde su inicio hasta que el corredor recibe sus comisiones, lo que permite una rotación rápida y efectiva de las propiedades gestionadas.
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